En la abisal levedad
de la caricia insistente,
alzan mástiles las pieles
insurrectandose en vetas,
de savias que queman
mas acá de la pira,
hurgando entre salivas
de aguzadas lenguas.
Sendero encendido entre cauces
de muslos ansiosos de causas,
sudor que al gemir resbala
entre nombres entrecortados,
apuro de lo apurado
sobre los desbocados vientres,
ir,que al irse, viene
sobre el flujo derramado.
Hembra de mi hambruna
demencial y prepotente,
curvandote en los vaivenes
del placer insoportable,
me llevas y me traes
sin pausas ni armisticios,
municiones en gatillos
de los espermas salvajes.
Roberto (GOGO)
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